lunes, 24 de diciembre de 2007

La despedida de Julio Bocca

No tuve el agrado de ir a verlo, pero.... de algo vale aunque sea la información o los diarios...
Julio Bocca: una despedida para recordar

El maravilloso bailarín dio su última actuación

Victoria Looseleaf
Especial para Espectáculos

24 de diciembre de 2007

BUENOS AIRES, Argentina.— Esta capital de 12 millones de habitantes sabe cómo dar una fiesta de despedida.

Bajo la luna llena y al pie del emblemático Obelisco, una multitud estimada en 600 mil personas rindió tributo y le dijo adiós al maestro de la danza Julio Bocca, quien dio aquí su última actuación.

Un concierto libre de costo, la noche del sábado, incluyó además a titanes de los mundos del tango, jazz y pop. Más concierto de rock que clásico, con cientos de teléfonos móviles brillando como luciérnagas, el evento fue espectacular al estilo Las Vegas. Hasta el ídolo pop Diego Torres cantó My Way junto a Bocca, quien cambió de vestuario más veces que Cher en su actuación de dos horas y media y en la que bailó al ritmo del tema de Paul Anka como si fuera Fred Astaire.

Aún en excelente forma a sus 40 años, Bocca comenzó saltando y dando vueltas en el pas de trois de Le Corsaire, junto a sus amigos Maximiliano Guerra y Eleonora Cassano. Junto a Tamara Rojo en el pas de deux de Don Quixote o con Nina Ananiashvili en el dueto de Cisne negro, Bocca se veía tan fabuloso como cuando comenzó en 1985.

Otros compatriotas que compartieron el escenario con Bocca fueron Mercedes Sosa y Viviana Vigil, así como los grupos Octango y Antigua Jazz Band. Además, sus ex compañeros del American Ballet Theatre, José Manuel Carreño y Cecilia Figaredo, arrancaron aplausos de un público siempre estremecido —y ocasionalmente llorando— con el pas de deux de Diana y Acteón, al igual que Manuel Legris del Ballet de la Ópera de París, que bailó con Cassano un dueto de Manon. Bocca también mostró su habilidad para el tango en Calambre, donde bailó el papel femenino junto a Carlos Rivarola.

Bocca, que permanecerá como director artístico de su compañía Ballet Argentino y presidirá su fundación caritativa en Buenos Aires, donde también ha establecido una escuela de teatro musical, dijo que no tenía planes concretos para el futuro, sino disfrutar la despedida.

Lo que sí tenía planeado era un bis, solo, sin camisa y con una escalera, con la que ejecutó varios movimientos de gimnásticos.

Cuando las luces por fin se encendieron, los fuegos artificiales llenaron la noche alrededor del Obelisco y Bocca regresó —en bata— para una ovación de 20 minutos, durante los cuales sus compañeros bailarines le obsequiaron besos, flores y baños de champán.

Lo que probablemente no planeó, no obstante, fue la salida. El maravilloso artista levantó la parte trasera de la bata, dio la vuelta y abandonó el escenario: una despedida para recordar.

Gracias, Julio.





En La Opinión
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Y para despedirlo.... lo hicieron con fuegos artificiales...




http://www.laopinion.com/media_archive/20071222/122407_ESP_1BBocca.jpg

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